diciembre 30, 2010

El Arte de motivar a los empleados.

(Aclaración válida. El artículo es algo largo para el concepto de blog, pero vale la pena bajarlo y leerlo)
¿Logrará la simple interacción de cinco minutos con otra persona aumentar de forma espectacular la productividad semanal de cualquier empleado?
Eso es posible en algunos lugares de trabajo, explica Adam Grant, profesor de Gestión de Wharton. Grant ha dedicado periodos significativos de su carrera al análisis de lo que motiva al trabajador en ambientes de trabajo como centros de llamadas, farmacias que envían medicamentos por correo, equipos de socorristas de piscina, entre otros. En todas esas situaciones, dice él, el empleado conocedor de que su trabajo tiene un impacto significativo y positivo sobre los demás no sólo se siente más feliz, también es mucho más productivo.
Esa conclusión puede parecer muy emocional, sin embargo, Grant la ha documentado en una serie de investigaciones. En un experimento, el autor estudió el comportamiento de los trabajadores asalariados del centro de llamadas de una universidad pública, encargados de contactar con posibles donantes. Se trata de un trabajo muchas veces ingrato: el trabajador recibe un salario bajo y tiene que hacer frente a frecuentes rechazos por parte de personas irritadas por tener que contestar al teléfono a la hora de la cena. La rotación es alta y la moral, por norma, baja. ¿Cómo motivar a los trabajadores para que insistan en las llamadas y consigan donaciones?
Una respuesta relativamente fácil: presénteles a alguien a quien la donación ha ayudado.
En el estudio de 2007, Grant y un equipo de investigadores —Elizabeth Campbell, Grace Chen, David Lapedis y Keenan Cottone, de la Universidad de Michigan— promovieron el encuentro de un grupo de trabajadores del centro de llamadas con estudiantes becados que habían recibido las donaciones de la escuela en que estudiaban. No fue un encuentro largo, una sesión de sólo cinco minutos en la que los trabajadores pudieron conversar con los estudiantes sobre sus estudios. Pero, en los siguientes meses, aquella breve conversación marcó una diferencia enorme. El centro de llamadas hizo un seguimiento de cuánto tiempo pasaban los trabajadores en el teléfono y cuánto habían conseguido captar en donaciones. Un mes después, los empleados que habían interaccionado con los estudiantes becados pasaron más del doble del tiempo de costumbre al teléfono, logrando captar un volumen de donaciones mucho mayor: 503,22 dólares de media por semana, frente a los 185,94 dólares logrados anteriormente.
“Incluso un contacto mínimo, por breve que sea, con los beneficiarios tiene el efecto de mantener la motivación del trabajador”, observan los investigadores en el estudio titulado “Impacto y arte del mantenimiento de la motivación: Efectos del contacto con los beneficiarios sobre la actitud de persistencia” [Impact and the Art of Motivation Maintenance: The Effects of Contact with Beneficiaries on Persistence Behavior], publicado en Organizational Behavior and Human Decision Proceses.

Socorristas motivados
El arte de motivar a los empleados es un tema por el que Grant se interesó mucho antes de comenzar su vida académica profesional. Antes de cursar estudios de posgrado, trabajó como director de publicidad de la línea Let’s Go de guías de viaje. “Hacíamos guías de viaje y teníamos casi dos centenares de trabajadores en una oficina que ayudaba a las personas que viajaban a otros países de una forma nueva y con seguridad”, recuerda. “Ninguno de los editores interaccionaba con sus lectores de carne y hueso”. Grant sospechaba que su personal encontraría su trabajo más gratificante, y probablemente trabajaría mucho más, si pudiera interaccionar regularmente con los lectores a los que ellos ayudaban a viajes por el mundo.
En el negocio de guías de viaje, Grant nunca tuvo la oportunidad de poner en práctica aquella sospecha. Pero, cuando cursaba el doctorado en la Universidad de Michigan, volvió al asunto por medio de los centros de llamadas, centros deportivos y aulas. Ésos fueron sus primeros laboratorios.
De acuerdo con Grant, el simple conocimiento de que el trabajo que hacemos tiene un impacto sobre otros, puede ayudar a la motivación. En un estudio posterior al publicado en 2007, Grant trabajó con un grupo de socorristas de un centro recreativo comunitario. Algunos leyeron historias que describían casos de salvamento realizados por socorristas. Un segundo grupo recibió un material de lectura diferente: testimonios de socorristas que relataban cómo su trabajo los ayudaba a realizarse. El resultado fue que las horas de trabajo de los socorristas que habían leído sobre su capacidad de evitar fatalidades aumentaron más del 40%, mientras que los profesionales cuya lectura meramente les informaba acerca del trabajo del socorrista, y de cómo se enriquecían personalmente en lo profesional, continuaron trabajando al ritmo de siempre. Los resultados fueron publicados en un estudio titulado “La importancia del valor de la tarea: efectos sobre el desempeño profesional, mecanismos relacionales y condiciones limítrofes” [The Significance of Task Significance: Job Performance Effects, Relational Mechanisms, and Boundary Conditions] en el Journal of Applied Psychology.

Ver para creer
Además de la comprensión del impacto de la tarea realizada, conocer personalmente a los individuos que se benefician de un trabajo bien hecho puede mejorar de manera manifiesta el rendimiento del trabajador. En el estudio de Grant de 2007, una segunda experiencia analizaba de qué forma se comportaba un grupo de estudiantes cuya función era editar las cartas de presentación de compañeros, que habían entrado en contacto con el Centro de Orientación Profesional de la universidad en busca de ayuda para encontrar empleo. Un grupo de estudiantes encargados del trabajo de edición tuvo la oportunidad de encontrarse con un probable beneficiario que pasó por allí para dejar sus cartas. Hubo una conversación superficial entre el candidato y el equipo de editores sin que aquél supiera que conversaba con las personas que harían los ajustes finales en su carta. Otro grupo de editores trabajó en cartas de presentación idénticas sin jamás entrar en contacto con sus autores. El resultado fue que los individuos que habían estado en contacto con el estudiante que buscaba empleo —aunque la conversación fue superficial y se desarrolló sólo en el momento en que el estudiante pasó por allí para dejar su papeleo— dedicaron mucho más tiempo en la edición de la carta de presentación que los demás que no habían tenido la misma experiencia.
Pero hay algo más en el simple contacto que la mera idea de que vale la pena juntar al trabajador y la persona a quien su servicio diario ha ayudado. En una segunda etapa del experimento del Centro de Orientación Profesional, por ejemplo, se editó la información biográfica del estudiante que buscaba empleo. Una vez más, ambos grupos de editores trabajaron en paquetes idénticos de cartas de presentación. Pero, tuvieron acceso a una información personal que el estudiante había enviado al Centro de Orientación Profesional. En una página, el estudiante decía que necesitaba desesperadamente un empleo, y comentaba su dificultad para pagar sus cuentas. En el otro grupo, no había ninguna afirmación personal con ese tipo de lenguaje. Un grupo de editores se encontró personalmente con el estudiante y mantuvieron algunos minutos de conversación relajada, mientras que el otro grupo de editores no tuvo contacto con él.
Tal y como en la experiencia de Grant con los socorristas, fue fundamental conocer la extrema necesidad personal del estudiante, lo que revelaba la importancia del trabajo de los editores. Sin embargo, conocer las necesidades del beneficiario y conocerlo personalmente, tuvo un gran impacto en la motivación de aquellos trabajadores. Los editores que no sabían la terrible situación financiera del estudiante dedicaron, de media, 27 minutos en su carta. Los editores que conocieron los problemas financieros del estudiante, pero no lo conocieron personalmente, dedicaron 26 minutos cada uno en la carta. Solamente los que habían tenido contacto personal con él y sabían acerca de sus dificultades trabajaron más para ayudarlo, gastando más de media hora en la edición de la carta de presentación, lo que da una media del 20% más que los otros editores.
Grant dice que la percepción de la “importancia de la tarea” es el motor clave de todo, y que la interacción cara a cara, aunque superficial, puede servir para inculcar en el equipo tal percepción. En otros estudios, Grant constató que ingenieros, vendedores, gerentes, representantes de servicios de atención al cliente, médicos, enfermeras, técnicos en medicina, personal de seguridad, policías y bomberos que observan directamente el impacto de su trabajo sobre otras personas presentan mejor rendimiento.
A lo largo de varios años de experiencias e investigaciones, Grant y sus compañeros detectaron algunas otras connotaciones derivadas del contacto personal del empleado con el beneficiario de su trabajo. El trabajador dotado de un conjunto fuerte de “valores sociales”, por ejemplo —el caso de los que dicen concordar enfáticamente con afirmación del tipo “considero importante atender a la necesidad de otros”—, son mucho más propensos a estar influenciados por la idea de la importancia de su trabajo. Por otro lado, el trabajador en general consciente que supuestamente trabaja duro, aunque su actividad sea o no benéfica, no demuestra ni de lejos el mismo grado de rendimiento que cuando entra en contacto personal con quien se beneficia de su trabajo.
Pero Grant dice que en una economía conectada, en la que los trabajadores están cada vez más aislados físicamente del usuario final, es importante que el directivo cree sistemas que refuercen el conocimiento de las personas que ayudan. “La tecnología es un arma fascinante, pero de dos filos”, dice Grant. “De un lado, existe una posibilidad cada vez mayor de conectar al empleado con el usuario final de diferentes regiones geográficas [...] Por otro lado, sin embargo, la tecnología impide ese tipo de contacto porque es posible trabajar sin su mediación”.
Eso es un error, dice Grant, y muchas empresas se esfuerzan actualmente en evitarlo. El hecho es que Grant está en contacto con diversas empresas para fijar procedimientos rutinarios en ese sentido. Una de ellas, una compañía farmacéutica que trabaja con recetas por correo, creó un sistema en que los farmacéuticos de la empresa visitan de cuando en cuando las farmacias para interactuar con la clientela. Se creó también un procedimiento por medio del cual las fotos de los clientes se adjuntan a los archivos de correo. La idea es que la humanización de los nombres en los formularios médicos pueda mejorar el rendimiento y minimizar el número de errores durante el trabajo crucial, sin embargo rutinario, de la entrega farmacéutica.
Incluso en empresas cuya misión básica no consiste en ayudar a las personas, los gerentes deberían preocuparse por estimular el contacto más frecuente, entre los trabajadores y otras personas dentro de la empresa que se benefician de su trabajo, dice Grant. “Todo el mundo tiene un usuario final. En algunos casos, esos usuarios están más dentro que fuera de la empresa. Hay casos en que la gerencia pide a sus trabajadores que den prioridad a usuarios finales que son compañeros de trabajo, trabajadores de otros departamentos o incluso otros gerentes”. La cuestión, dice Grant, es la siguiente: “¿Cómo hacer del contacto un procedimiento rutinario, ya sea por medio de una conferencia telefónica semanal con otros compañeros de trabajo o de un contacto mensual?”
La caridad corporativa puede tener también un efecto de incremento de la productividad. “Parte de mi investigación reciente con empresas incluidas en el ranking de Fortune 500 muestra que, si se tienen empleados cuyo objetivo primordial en el trabajo no consiste en ayudar a las personas, en que no hay un grupo claro y definido de usuarios finales, podemos pensar en la filantropía corporativa como sustituta de eso. Una opción consistiría en dar a las personas la oportunidad de responsabilizarse por la prestación de servicios significativos a la comunidad y que serían patrocinados por la empresa, de forma que lleguen a la siguiente conclusión: “Marco una diferencia estando aquí’”.
Fuente: Publicado en boletín Wharton Universia el 24 de Octubre de 2010. 

diciembre 27, 2010

Me voy a poner unas canchas de paddle.

Aunque Ud. no lo crea
este Señor fue el creador del Paddle
Si estamos pensando en iniciar el 2011 con un nuevo emprendimiento, debemos saber que no hay libro de jugadas seguras que contenga el plan de negocios ganador.
Pero si hay errores que pueden hacer tambalear el emprendimiento, y principalmente hay empresarios que los cometen.

Recientemente, después de hacer ejercicio en el gimnasio con mi entrenadora una joven muy atractiva que también es bailarina y actriz me habló de una serie web que está produciendo y protagonizando junto con algunos amigos. Mientras que la serie se ha ganado algunos seguidores, ella y sus amigos aún no han incorporado a su empresa un acuerdo de operación, registrado el nombre del programa o hacer cualquiera de las otras cosas que las empresas suelen hacer para proteger su propiedad intelectual y repartir los participación de los propietarios de la empresa. Aunque nada de esto puede ser un problema ahora, le dije a ella, sólo tienes que esperar hasta que tengas acceso a algo grande y todo el mundo contratará a un abogado.

Aquí, en mi experiencia, estos son los 10 errores que realizan los emprendedores al iniciar una empresa:

1. Va por sí solo. Es difícil construir un negocio estalable si eres la única persona involucrada. Es cierto que siendo uno mismo el relaciones públicas, el diseñador web o consultor de mercado puede requerir poco capital para empezar, y el precio de la contratación de un auxiliar administrativo, representante de ventas o de los empleados de nivel de entrada puede impactar de manera importante en las ganancias. La solución: Asegúrese de que haya margen suficiente en la fijación de precios para que pueda traer a otras personas. Se tienen alternativas como la subcontratación, siempre y cuando el cliente todavía pueda acceder a estar frente al verdadero dueño del negocio: ustedes.

2. Pedir consejos a demasiadas personas. Siempre es bueno tener opiniones de los expertos, especialmente los empresarios con experiencia que han construido y vendido las empresas de éxito en su industria. Pero conseguir opiniones de demasiadas personas puede retrasar su decisión mientras tanto­ su empresa nunca sale de la gatera. La respuesta: Montar una junta consultiva sólida que puede llamar en forma regular, pero que conozcan el dia a dia de su negocio. Dice Elyissia Wassung, director ejecutivo de dos polluelos Con Chocolate Inc., una compañía de chocolatec “recurra a todas las alterantivas posibles para reunir a su equipo al menos una vez por semana y debata con ellos la evolución del negocio”

3. Pasar demasiado tiempo en el desarrollo de productos, no lo suficiente en las ventas. Aunque es difícil construir una gran empresa sin un gran producto, los empresarios que pasan retocando demasiado tiempo el producto y por ello pueden perder clientes o lo que es peor, pasarlos a un competidor con una organización más fuerte de ventas. "Si lo construyes, ellos lo compran", dice Sanjyot Dunung, director general de Alma Global, Inc., una editorial de Nueva York de software, que ha cometido este error en su propio negocio. "Si no mantenemos un ojo firmemente orientado a la venta, es probable que se quede sin dinero y energía antes de poder obtener su producto y lanzarlo al mercado."

4. Orientación de un mercado demasiado pequeño. Es tentador tratar de arribar a un nicho, pero el crecimiento de su empresa rápidamente llega a una pared si el mercado al que está apuntando es demasiado pequeño. Piensa en todas las estrellas de inferiores de un club que sueñan con jugar en primera. Debido a que sólo hay 20 equipos y cada equipo cuenta con sólo un puñado de jugadores, 25, las posibilidades de que uno de ellos se convierta en el próximo Lio Messi son bastante escasas. La solución: Escoja un mercado más grande que le da la oportunidad de tomar una rebanada del pastel, aunque la empresa sea un jugador más pequeño.

5. Entrar en un mercado con ningún socio de distribución. Es más fácil entrar en un mercado si ya hay una red de agentes, intermediarios, representantes de los fabricantes y distribuidores de terceros preparada, dispuesta y capaz de vender su producto en los canales de distribución existentes. Moda, alimentación, medios de comunicación y otras industrias importantes funcionan de esta manera, mientras que otros no tienen tanta suerte. Es por eso que las empresas de servicios como empresas de relaciones públicas, estudios de yoga y las empresas de aseo de mascotas a menudo luchan por sobrevivir, alternando entre la fiesta y el hambre. La solución: Hacer una lista de posibles fuentes de referencia antes de iniciar su negocio y consultando con ellos si estarían dispuestos a distribuir sus productos, haciéndose con toda la información pormenorizada del modo de contratación, las comisiones, la responsabilidad y los antecedentes del distribuidir. Este puede colocar y sacar un producto del mercado en cuestión de días.

6. Pagando de más por los clientes. Grandes gastos en publicidad puede traer muchos clientes, pero es una estrategia de pérdida de dinero si su empresa no puede convertir los pesos en valor para el cliente de por vida. Un sitio de la revista o web que gasta $ 500 en publicidad para adquirir un cliente que paga $ 20 al mes y cancela su suscripción al final del año no es más que grandes cantidades de dinero por el desagüe. La solución: prueba y error. Lamentablemente este sistema científico consiste en que Ud. invierta dinero en diversos medios de publicidad y estudie el comportamiento de cada cliente a lo largo de un perído, luego de ello, podrá trazar un plan de márketing según el segmento y tipo de cliente del mercado al que ud. le resulta mas rentable colocar su producto.

7. El aumento de capital. Muchas empresas de nueva creación asumen que todo lo que necesitan es dinero  para alquilar un local, comprar equipo, inventario de existencias y clientes a través de la puerta. Lo que a menudo se olvida es que también necesitan capital para pagar salarios, servicios públicos, seguros y otros gastos generales hasta que su empresa comienza a dar beneficios. A menos que esté ejecutando el tipo de negocio donde todo el mundo trabajan por la bondad y solidaridad, tendrá que reunir suficiente dinero para que sus ingresos puedan cubrir sus gastos y generar flujo de caja positivo. La solución: Calcular inicialmente los costos antes de abrir sus puertas, no después.

8. El aumento de capital en exceso. Lo creas o no, la previsión de dinero en exceso puede ser un problema, también. Las empresas financiadas tienden a ser grandes e hinchadas, la contratación de mucha gente antes de tiempo lo mismo que el desperdicio de recursos valiosos en las cabinas de feria, fiestas, anuncios gráficos y otros adornos suelen ser un conflicto a futuro por el gasto innecesario. Cuando el dinero se acaba y los inversores pierden la paciencia (que es lo que sucedió hace 10 años cuando el mercado de las punto-com se fundió), la creación de empresas que dilapida su dinero tendrán que cerrar sus puertas. Tambien es importante bancarizar parte del dinero, pues en mometnos lluviosos un banco suele ser un aliado estratégico de relevancia, aunque no de conveniencia.

9. No tener un plan de negocios. Si bien no todas las empresas necesitan un plan de negocios formal, una start-up que requiere un importante capital para crecer y más de un año para obtener una ganancia deberá trazar la cantidad de tiempo y dinero que va a tomar para llegar a su destino. "Perdí 10 años en pensar como un artista y no como una persona de negocios", dice Luis Piscione, presidente de Avanti Media Group, una compañía de Nueva Jersey que produce videos para eventos corporativos y privados. "Aprendí que tienes que poner algo del genio creativo pero debes ir hacia un plan de negocios donde tengas las previsiones y metas para el crecimiento y el éxito." 
10. El exceso de pensamiento de su plan de negocios. Aunque muchos empresarios que he conocido participan en la toma de decisiones y no hacen los deberes, otros empresarios tienen miedo de apretar el gatillo hasta que esté 100% seguro de que su plan tendrá éxito. Un abogado con el que trabajé varios años atrás era tan asustadizo de dejar su puesto de trabajo de seis cifras para poner en marcha su negocio que nunca se reunió con un solo banco o inversionista que podría haber financiado su empresa. La verdad es que un plan de negocios no es una bola de cristal que pueda predecir el futuro. En un momento dado, hay que cerrar los ojos y dar el salto de la fe.

A pesar de los muchos libros y artículos que se han escrito sobre el espíritu empresarial, simplemente no es posible iniciar una empresa sin cometer algunos errores en el camino. Simplemente trate de evitar que cualquier error sea tan grande que su empresa no puede volver a ponerse de pie para luchar otro día.

Fuente: Harvard Business Review. 
Traducido y adaptado por Federico A. Viale para D+T&M.com

diciembre 20, 2010

Queda automáticamente despedido.

PRESIONE 1: "ESTÁ DESPEDIDO"
Para reducir personal, en EEUU usan una "máquina de despedir"
Una cinta grabada y un email forman parte de una metodología polémica. Los casos.

Por Andy Jud, desde Washington | 18.12.2010 | 13:18
La Navidad está por llegar a los Estados Unidos, y mientras hay algunos que cobran suculentos “bonuses” otros en cambio no la pasan tan bien.
Tal es el caso de los despedidos en la firma Yahoo, que esta semana redujo casi 700 empleados -un 5 % de su planta permanente- basado en ajustes “presupuestarios y acomodamiento en ciertas funciones”. Por supuesto, la noticia cayó muy mal en el mundo de la High-Tech cercano a Silicon Valley, aunque era esperado, pues la Yahoo viene sufriendo ajustes hace tiempo.
Pero no fue el único caso. También varios departamentos estatales,especialmente en el área de servicios públicos están haciendo ajustes de “fin de año”. Tal es el caso de los bomberos de la ciudad de Trenton, Nueva Jersey, en la cual ayer fueron despedidos 61 de ellos. Como las ciudades están endeudadas, intentan ajustar sus presupuestos para el año entrante, inclusive cerrando cuarteles de bomberos o ajustando el plantel de empleados públicos.
Lo mismo sucede en otros ámbitos, donde se ajustan y se disminuyen planteles por ejemplo en el área de la educación, situaciones que inclusive han llevado a la locura de acciones violentas, tal cual ocurriera en Panamá City días pasados, cuando el marido de una de las despedidas se enfrentó a tiros con el directorio de un Consejo Escolar. 
Pero más impresionante es el caso mencionado en el portal Huffington Post. Allí se cuenta la situación de 1.700 despedidos de la empresa Sanofi-Aventis, que ocurrieron durante Diciembre. Varios representantes comercialesrecibieron un correo electrónico en el cual les decían que tenían que llamar a las 8.30 de la mañana a un teléfono gratuito, tipo 0-800, en un día laboral de la semana. No se explicaban las razones de dicho llamado.
En el mismo email aparecía un código que tenían que marcar cuando se comunicaran con dicho teléfono gratuito. Ciertos códigos accionaban una voz que fríamente les decía que tenían que dejar de trabajar inmediatamente, y queestaban despedidos.
Una empleada que no quiso identificarse comentó en el portal: “esto es lo más inhumano que me he imaginado en mi vida. Es brutal. Imaginen mis sentimientos”, comentó. Si bien la empresa pagaría un “paquete de despido”, muchos ex empleados seguramente se han quedado pensando en el film de George Clooney del 2009 (Up in the Air), en el cual un “especialista” da vuelta por el país, despidiendo gente.
También hubo despidos en la Metro Goldwin Meyer, la empresa que está pasando por un momento difícil sigue reduciendo gran parte de sus contratados. Esta vuelta fueron 50, casi un 15 % de su actual plantilla.
(*) Especial para Perfil.com

diciembre 18, 2010

Le llegó el telegrama al rey mago Baltasar. Pero lo reubican.

Anda devolviendo el uniforme.
El outplacement significa "un lugar fuera", pero sabemos que para que un camino conduzca a algún lugar hay que saber de dónde se parte, es bastante más difícil trazar la ruta si desconocemos el origen. Saber quién eres, qué quieres y cómo vas a conseguirlo es el principio básico de todo programa de outplacement.
A su alrededor hay otros elementos técnicos y logís-ticos, pero el punto clave es la persona participante del programa. Es quien tiene la responsabilidad de ampliar su capacidad para responder al nuevo reto que le supone la situación profesional por la que pasa.
CONTEXTO
El Rey Baltasar nos dice adiós. Ayer su jefe le dio la noticia: "tenemos que pres-cindir de tus servicios con carácter inmediato, no es por tu culpa, es la situación. No levantamos cabeza y hay que reducir. De entre todos, tú eres quien creemos tiene más posibilidades de salir adelante y cambiar de trabajo".
A Baltasar, la noticia no le pilló por sorpresa, desde hace algún tiempo se oían rumores por los pasillos de la Organización, el volumen de entregas va disminuyendo año a año; además Baltasar había tomado en los últimos meses algunas decisiones que a ojos del jefe eran poco acertadas.
El gran interrogante que Baltasar se plantea es su futuro. Después de 2010 años trabajando para la misma compañía, su incorporación al mercado laboral actual se plantea difícil. Por tanto, decide aceptar la ayuda que le brindan ofreciéndole un programa de outplacement, aunque no sabe muy bien a qué se va a enfrentar, qué es, en qué consiste; sí sabe que toda ayuda será bienvenida.
BALTASAR MANTIENE SU PRIMERA SESIÓN
Hoy Baltasar se reúne con dos miembros del equipo que desarrolla su programa de outplacement:
Baltasar: Me preguntáis cómo estoy y qué ha pasado, pues la verdad es que no se cómo contestaros. Es una situación extraña, como podéis suponer y sabéis. Es la primera vez que me ocurre, nunca había estado sin trabajo, de hecho, ni se me había pasado por la imaginación que me pudiera pasar esto.
Ya desde hace muchos años hemos ido perdiendo, digamos, cuota de mercado. Pero nunca tuvimos la pre-sión de este último año. En las últimas conversaciones con el jefe, ya nos comentó que el tema estaba compli-cado pero, desde luego, no esperaba que la decisión fuese a llevarnos a una reducción de esta magnitud. Me quedé perplejo cuando me comunicó que tenía que prescindir de mí.
Creo que podría hacer otras muchas cosas en la organización y que es una decisión injusta. Es cierto que, tal y como hemos quedado, siempre tengo la puerta abierta a volver una vez pase la crisis pero mientras tanto no se qué voy a hacer.
Son muchos años haciendo lo mismo, a mí lo que me gusta es estar con los niños y hacerles felices y me lo han quitado de un plumazo. Es algo más que un trabajo y esto es lo que no entienden en la Dirección. Por otro lado, ¿qué es lo que voy a hacer? ¿Dónde puedo trabajar yo? Al dejar la organización he perdido mis poderes, ya no soy Mago y esa es la parte más importante de mí.
Me dijeron que me pusiese en contacto con vosotros, que conocéis cómo se mue-ven las cosas hoy día y que me podríais ayudar a buscar una actividad en este nuevo mundo. Por eso estoy aquí.
Consultor: Hoy eres tan Mago como lo eras ayer, y de ti dependerá seguir siendo Mago. Si tú no crees en ti mismo ¿quién va a hacerlo? ¿Qué es lo que ha cambiado en ti además de que ya no tienes camello y un bonito uniforme a modo de tarjeta corporativa?
Baltasar: Yo no he cambiado, lo que ha cambiado es mi situación. Antes tenía mis poderes y ahora los he perdido. Con ellos me sentía más seguro.
Consultor: Entonces lo que cambia es la situación, no tú. Eres el mismo pero ahora te enfrentas a un nuevo reto y en unas nuevas circunstancias. ¿De qué forma te hacía sentirte más seguro el hecho de tener tus "poderes corporativos"?
Baltasar: Me permitía relacionarme con los niños, bueno quizá me permitía que se me reconociesen rápidamente, ahora esto no es posible.
Consultor: ¿No es posible?
Baltasar: Bueno, supongo que habrá alguna manera, pero ahora mismo no soy capaz de pensar en ninguna de ellas. Es una sensación de pérdida importante, me reconoce la gente allá por donde paso, pero creo que me miran de una manera rara, es como si se estuvie-ran compadeciendo de mi y eso me pone muy nervioso, me cuesta incluso salir a la calle.
Consultor: ¿Exactamente que te pone nervioso?
Baltasar: Pues que piensen que soy un fracasado.
Consultor: ¿Qué es ser un fracasado para ti?
Baltasar: Pues eso, que me han echado, que ya no tengo trabajo, que lo he hecho mal, que ya no tengo pode-res.
Consultor: ¿Qué piensas tú de una persona que ha per-dido el puesto de trabajo?
Baltasar: OK. No tienen por qué pensar eso de mi, es una simple obsesión mía. Es verdad, qué tontería.
Consultor: Volvamos sobre el tema de los poderes. No es una cuestión de "poderes" sino que tú, en estos momentos, no eres capaz de ver la manera en que los niños te reconozcan rápidamente y seguir volcando tu trabajo con ellos. ¿Esto que pienso es correcto?
Baltasar: Sí efectivamente, así es. No sé cómo voy a ser capaz de volver a hacer lo que más me gusta. Dar felicidad a los niños.
Consultor: ¿Qué otras for-mas conoces para dar felicidad a los niños y que no sea repartiendo regalos?
Baltasar: A los niños se les hace felices con pocas cosas, jugando con ellos, cantando, saliendo al campo, llevándoles a un partido o al cine, riendo, creando situaciones en las que ellos sean protagonistas. ¡Uf! hay muchas formas.
Consultor: ¿Entonces?
Baltasar: ¿Quieres decir que yo puedo hacer alguna cosa de esas? ¿Cómo?
Consultor: No sé, depende de ti. ¿Tú qué opinas?
Baltasar: Claro, si hubiera un puesto de trabajo en el que se pudieran hacer esas actividades yo estaría en-cantado.
Consultor: Llevas dos mi-lenios realizando la misma labor, la realidad es que ahora no puedes continuar con ella, eso es inamovible. ¿Para qué te servía a ti ese trabajo? Si consigues con-testarte a esta pregunta, antes de pensar en qué vas a trabajar o dónde, o en tú falta de conocimiento del mercado laboral actual, habrás avanzado muchísimo. Empieza a trabajar en ti mismo, desde lo que tú eres y lo que quieres. Ya tendremos tiempo de anali-zar el mercado y las posibilidades que ofrece. ¿Qué es lo que te impide hacer esta reflexión?
Baltasar: Nada, la verdad es que nada. Entiendo lo que me dices, pero en estos días cuando he pensado en qué podría hacer, "es que no me encuentro", me produce un estado ¿cómo diría yo?, parecido a la ansiedad y no consigo centrarme.
Consultor: Eso es muy normal. Todas las organi-zaciones, más aún cuando tiene una cultura de presión constante o se ha pasado mucho tiempo en ellas, tienden a ocupar todos los ámbitos de tu vida, cosa que se convierte en un problema cuando no les ponemos coto. En tu situación actual te falta algo, tienes que volver poco a poco al mundo real, salir de la situación de presión en la que has vivido. Si esto lo haces de golpe sufrirás vértigos, como los submarinistas. Tienes que hacerlo poco a poco. Mi consejo es que te planifiques, que te crees una rutina diaria y que en ella incluyas temas personales y profesionales. ¿Qué vas a hacer durante esta semana?
Baltasar: Voy a aprovechar para hacer algo de ejercicio, la barriga me está creciendo demasiado y tengo que poner en orden algunos temas de casa. Además, me gustaría empezar a escribir un libro con las principales anécdotas de estos últimos 1.000 años, algo sencillo.
Consultor: Ponle día y hora a todas esas actividades e incluye también todas aquellas otras que implican una relación con los demás y tiempo para ti. En estos primeros días recibirás llamadas de mucha gente. Sé positivo, no te dejes enganchar por los conceptos de justicia o injusticia, el protagonista de la nueva película eres tú. Queda con ellos. Haz también un hueco para trabajar en la reflexión que te decía antes. ¿Tendrías algún inconveniente en dibujar en una hoja, de manera sencilla, cuáles han sido los momentos de tu vida, personal y profesional en los que más has disfrutado y por qué? Te doy una semana, ¿hasta el viernes que viene?
Baltasar: Perfecto, me pongo a ello. Pero lo haré aquí en la oficina, me va a resultar más fácil, así que te veré a lo largo de la semana.
Consultor: Hasta el lunes entonces, y buen fin de semana.

Fuente: Editorial WOLTERS KLUWER ESPAÑA

diciembre 06, 2010

En 3 minutos algunas ideas para el exito.

Sabemos que el concepto de éxito es relativo, que nuestra particular visión del triunfo y los logros (latinoamericana europeizada) nos impone un filtro enjuiciador cada vez que escuchamos a estos predicadores de ideas fácilmente transmisibles, a la vez que complejamente desarrollables.
Pero lo cierto es que en este caso no se dice nada nuevo, sólo se dice todo junto. Miremos el video tratando de eludir las señales de soberbia y autosuficiencia que el cerebro  nos envía, y tal vez podamos simplificar nuestra escala de prioridades entendiendo que todas estas reflexiones respecto del secreto del éxito, se encuentran en nosotros, sólo que debemos conocerlas y hacerlas trabajar.

diciembre 04, 2010

¡Se armó la joda!

¡Se armó la joda!
Por Federico Viale.
Una cagada...
Cortito y al pié.
Se acera el final del año, en el trabajo todos están con cara de Mar del Plata y la caja navideña seguro nos será útil para no caer con las manos vacías en los compromisos a los tenemos que ir. También la empresa ha dispuesto una persona, generalmente de la gerencia de RRHH a fin de organizar la esperada despedida del año. Claro, uno va esperando obtener algún premio – en caso que haya sorteos – terminar ese trabajo fino que se hizo el último mes con el/la compañera/o de trabajo, o en el peor de los casos tomar gratis (o lo que es mejor a cargo de la empresa) un bueno vino o champagne y volver a casa. Pero seguramente nunca esperarán recibir al otro día un reto ni mucho menos ser despedidos.
En un reciente estudio realizado por la prestigiosa consultora Adecco se determinó que al menos el 40% de los trabajadores adultos que asistieron a una despedida de año se han avergonzado por su comportamiento. 
Mientras que un 23% han sido reprendidos por dicho comportamiento al día siguiente. 
Un 20% reconoce haber bebido en exceso, y a raíz de ello un 7% se ha pasado de palabras con algun/a compañero/a y un 4% con el Jefe. 
El 10% conoce a alguien que ha sido despedido en ocasión de lo hecho o dicho, o dicho y hecho en el evento aniversario.
Lo cierto es que este 2010 despidamos el año, y no seamos nosotros los despedidos.
Salut!

diciembre 01, 2010

Pizzería busca repartidor con motoneta. Buen ingreso.


Pizzería busca repartidor con motoneta. Buen ingreso.

El mundo de los recursos humanos no sólo es tan elastico como lo son aquellas disciplinas cuyo objeto de estudio sea el hombre, sino que además por momento genera dudas respecto del impacto de algunas de las estrategias que propone a fin de obtener lo mejor al máximo de cada trabajador.
Transcribo la nota pues no tiene necesidad de ser interpretada.
Fuente: 

TOKIO. La cadena norteamericana de pizzerías Domino's Pizza, con motivo del 25 aniversario de sus operaciones en Japón anunció planes de contratar a un empleado al que se pagará más de 30 mil dólares por hora durante un día, informó hoy la prensa local.

El requisito que debería reunir el afortunado es muy simple, ser menor de 18 años, según recoge un despacho la agencia de noticias Ria Novosti.

Dicho empleado recibirá un uniforme y se encargará de "levantar el humor a todo el mundo con motivo del 25º aniversario de la inauguración de la pizzería en Japón" durante un solo día.

Además, en el marco de la campaña de promoción, Domino's Pizza regalará una pizza a cada cliente menor de 20 años y nacido el 30 de Septiembre, día de inauguración del primer establecimiento de la cadena en Japón.

Otra acción en el marco de la celebración será la venta por sólo 30 dólares de una nueva pizza preparada con varios ingredientes costosos, como foie gras, centollas, quesos exquisitos, entre otros.

La pizza que costará sólo 30 dólares será mixta con cuatro variedades de ingredientes y llevará el nombre de Quatro Anniversary. Además simbolizará los veinticinco años del trabajo exitoso de Domino's Pizza en Japón.