diciembre 20, 2011

El arte, la filosofía y la ciencia como instrumentos contra el acoso laboral en France Telecom.


En 2010 France Telecom abrió la escuela Orange Campus, un proyecto para formar a sus dirigentes y aliviar la crisis en la empresa tras los 60 suicidios por mobbing y acoso laboral producidos entre 2007 y 2009.
Orange Campus tiene sede en París, Varsovia y Madrid. En la sede española ya se han formado 260 jefes.
El nuevo CEO. Stéphane Richard (ex jefe de gabinete de la ex ministra de economía Christine Lagarde) puso en marcha un plan para frenar la crisis humana.
Lanzó un programa llamado "Nuevo contrato social" para cambiar la mentalidad de la dirigencia corporativa "El primer paso para cambiar la situación y mejorar el clima de trabajo es crear nuevos lazos entre los  dirigentes y los empleados", asegura Bruno Mettling, jefe de Recursos Humanos de la operadora según publica hoy El Mundo.es
Se hace hincapié en fomentar el respeto en lugar de la competitividad y la motivación en lugar de la presión. Tienen equipos de filósofos y artistas que imparten cursos en cada una de las sedes. "El filósofo enseña a valorar el tiempo presente. Se trata de que el dirigente aprenda a trabajar en el presente humano y no en el fuuro económico a largo plazo" dice Marie Bernard Delom, directora del Campus de París. También cuentan con un astronauta que capacita en manejo de equipos diversos.
Algunos de los cursos del Orange Campus son: Jefes de jefes, Me convierto en manager de manager, Gestión de la diversidad, Diversidad en la empresa y Yo recluto, yo integro entre otros.
Es importante saber gestionar equipos, "donde hay gente de diferentes estatus (algunos prejubilados otros recién llegados) y diferentes edades y culturas" dice uno de los asistentes al Campus.

diciembre 18, 2011

Un gran desafío para RRHH que anticipa la estadística demográfica.

Dentro de 20 años la población en edad de trabajar aumentará en 1.000 millones de personas, especialmente, en países en desarrollo. Este escenario plantea desafíos a las empresas e instituciones que deberán crear puestos de trabajo, necesitarán mano de obra cualificada y no cualificada, y poner en marcha nuevas políticas laborales.

Los mercados en desarrollo deberán enfrentarse a un periodo de rápida industrialización y a la construcción de infraestructuras que requieren trabajadores cualificados y experimentados en los mercados en crecimiento. Mientras, los países desarrollados tendrán que encontrar fórmulas para mantener su ventaja competitiva e invertir en la formación y capacitación de nuevos profesionales. Éstas son dos de las principales conclusiones del informe sobre la creación de empleo en una economía global que ha elaborado la consultora Hays con Oxford Economics.
Según el estudio dentro de 20 años la fuerza laboral crecerá en 1.000 millones de personas, y esto supondrá un gran desafío para gobiernos, instituciones y empresas, porque deberán crear nuevos puestos de trabajo, formar a nuevos y veteranos profesionales y gestionar tan magna cantidad de población activa.
Pero, sobre todo, deberán mantener un equilibrio: los trabajadores no aumentarán de igual forma en todos los países. Según Hays, la mayoría de la fuerza de trabajo estará en los estados en desarrollo. En cambio, los desarrollados verán como envejece y se reduce su población activa.
En concreto, según Christopher Dottie, director de la consultora en España, en nuestro país la población en edad de trabajar crecerá en tres millones y esto tendrá tres consecuencias: Será más difícil incrementar la riqueza porque aumentará el número de personas de más de 65 años; la población activa deberá trabajar más años, y se producirán cambios en los sectores de actividad.
Oportunidades
Dottie explica que "las empresas deberán adaptarse para generar puestos y productos de calidad, ofrecer servicios globales y generar competitividad a través del conocimiento y del talento". De acuerdo con el experto, "en España se necesitará emigración e inmigración de talento. Dentro de 20 años, nuestro conocimiento será necesario en otros países, y nosotros tendremos que exportar perfiles de menos cualificación para tareas específicas que necesite la economía".
Entre los sectores que crearán oportunidades laborales en un futuro próximo se encuentran el medio ambiente, la sanidad, el ámbito financiero, y las tecnologías. "Esto genera optimismo en los países desarrollados porque son líderes en estos sectores que los estados en desarrollo, en cambio, no lo son", añade Dottie.
Futuro
 
En 2030, según Hays, el futuro será para los trabajadores cualificados y poco cualificados. "Los países desarrollados necesitarán mano de obra competitiva, y los que están en vías de desarrollo requerirán los servicios de personal cualificado y con una formación de calidad".
Por eso, para establecer cierto equilibrio entre los distintos trabajadores y países, la consultora aborda una serie de recomendaciones:

Abrir las fronteras nacionales al movimiento de la mano de obra cualificada: Necesidad de que se produzca una transferencia masiva, en ambas direcciones, de capacidades y trabajo entre países desarrollados y en desarrollo. En concreto, el informe ilustra este caso con el hecho de que dentro de 20 años el mundo necesitará ingenieros expertos de Europa, a la vez que crecerá la demanda de trabajadores de la salud debido al envejecimiento de la población del Viejo Continente.
Acuerdos para facilitar la inmigración: Hays apuesta por la creación de un código que regule los flujos migratorios en el ámbito mundial.
Inversión en educación: Los trabajadores semicualificados serán desplazados por puestos de trabajo automatizados. Para paliar esta futura situación, los gobiernos tienen que invertir en capacitar a los profesionales con habilidades relevantes.
Creación de oportunidades de empleo en el mundo desarrollado: El número de personas en edad de trabajar se concentrará en 2020 en India, América Latina y África. Dottie considera que "esta inmensa fuerza de trabajo representa una gran oportunidad para aquellos que puedan acceder a ella, o la insatisfacción y el descontento si se queda inactiva".
Retención de las personas mayores en el mundo laboral: En los próximos 20 años las economías dependerán, en gran medida, de los trabajadores de más de 60 años. El reto se encuentra en mantener las habilidades de este colectivo, seguir siendo productivo y crear oportunidades de trabajo para estos profesionales.
*Artículo publicado en expansión.com

Evolución de formas laborales en Rosario. Artículo publicado en unr.edu.ar por Juan Pablo Hudson

El mundo del trabajo contemporáneo es realmente complejo. Existen estadísticas que marcan transformaciones recientes contundentes: en el 2002 el índice del desempleo en el Gran Rosario ascendía al 24,3%; en la actualidad, por el contrario, ese porcentaje se redujo hasta el 7,8%.

Este retroceso notable de la cantidad de desocupados en un contexto de repunte de la actividad industrial ha sido acompañado y celebrado por voces que afirman un retorno del trabajo e incluso de la progresiva reinstalación de una incipiente sociedad salarial. Ahora bien, sin perder de vista estas cifras, vale la pena indagar de qué maneras se han ido reconfigurando los circuitos productivos y el mapa laboral. Siguiendo al Colectivo Situaciones, debemos mencionar que lejos de una reposición literal del trabajo, lo que vemos consolidarse es el trabajo multiforme. Es decir, la emergencia de múltiples formas laborales que incluyen desde cooperativas (autónomas o con financiamiento estatal), nuevos subsidios, la reactivación y consolidación de ciertas ramas y gremios de la industria, y la masificación de condiciones de precarización difundidas de diversos modos, incluidos los casos de neoesclavitud en talleres o fábricas clandestinas. La pretendida hegemonía de la industria y del trabajo formal se ve desbordada por la combinatoria de empleos y estrategias para generar ingresos.
 

Se suman también otro tipo de situaciones que cuestionan esta supuesta reposición literal del trabajo. En las cooperativas autogestionadas por obreros se incorporan trabajadores jóvenes a medida que se logran ciertos niveles de crecimiento. Las investigaciones que llevé a cabo con estos jóvenes -entre 18 y 25 años- me permitieron conocer que sus vidas han estado  signadas por la alternancia o combinación entre períodos de desocupación y realización de changas, empleos en negro y cobro de subsidios estatales, y la asunción de todo tipo de trabajos precarios y temporarios. Ocurre entonces que a pesar del cumplimiento estricto de las condiciones de trabajo en las cooperativas, e incluso que en ciertos casos se los incorpora como socios plenos, los pibes permanecen en las fábricas durante tiempos muy breves, se ausentan en forma reiterada, no cumplen con los horarios, rechazan cualquier marca disciplinaria, y manifiestan un desapego con las tareas que realizan. De allí los conflictos y desencuentros generacionales que se generan con los obreros más grandes. Para estos jóvenes, según testimonian, el trabajo no se inscribe como el organizador principal de sus vidas, ni es una marca decisiva en la construcción de su identidad, ni tampoco es una fuente de orgullo y dignidad. Más bien aparecen otro tipo de experiencias decisivas, como puede ser el consumo, las amistades, las salidas nocturnas, los viajes o el tiempo libre. Se trata de jóvenes que, a diferencia de los obreros de mayor trayectoria, no fueron socializados ni subordinados bajo los preceptos del sistema fabril.

¿Debemos añorar la eficacia disciplinaria del viejo sistema laboral?
No. Más bien comprender –evitando sentencias morales- qué nuevos sujetos se incluyen en el multifacético escenario actual y qué nuevos horizontes en materia de trabajo pueden abrir los jóvenes.

Trabajo multiforme, nuevas generaciones que no producen su subjetividad e identidad en las experiencias laborales que transitan, son algunos rasgos esenciales de nuestra época que remarcan la extensión y profundidad de las transformaciones ocurridas en las últimas décadas. 

Por Juan Pablo Hudson Doctor en Ciencias Sociales (UBA). Licenciado en Comunicación Social (UNR). Becario Postdoctoral del CONICET. Autor del  libro recientemente publicado: “Acá no, Acá no me manda nadie. Empresas recuperadas por Obreros 2000-2010 (Tinta Limón Ediciones).
 

octubre 16, 2011

¿Y ahora que hago con el Pin?

La nomofobia, el mal que afectó a 70 millones de personas
Los usuarios de BlackBerry se quedaron sin servicio de mensajería. La falla afectó también la conexión a internet. La situación alteró la rutina de millones de personas. Enojo, ansiedad y miedo a vivir sin la "Black", el síndrome que hoy unió a todo el mundo
BlackBerry cumplió este miércoles su tercer día con fallas en su plataforma de mensajería instantánea y en otros servicios que se transformaron en una herramienta habitual para millones de personas que usan su smartphone para trabajar, estudiar, entretenerse o simplemente llevarlo a todos lados. Research in Motion (RIM), admitió los problemas e informó que está trabajando para solucionarlos lo más rápido posible.
Algunos famosos, como la actriz Victoria Onetto, relataron su “desesperación” por no poder utilizar el servicio de chat. Otros, como el periodista venezolano Alberto Ravell, aprovecharon para hacer algunos chistes como por ejemplo: “Millones de usuarios de BlackBerry han caminado hoy por la calle mirando hacia delante y no hacia abajo".
Lo concreto es que las fallas de BB obligaron a muchos usuarios a abandonar por unas horas la conectividad móvil para regresar a las “olvidadas” computadoras personales. Algunos desprevenidos tuvieron que hacer memoria para recordar sus contraseñas del webmail y otros debieron volver al tradicional SMS para comunicarse con sus contactos.
En los subterráneos o en los colectivos se pudo ver a muchos adolescentes desconcertados que no encontraban cómo distraerse en sus minutos de viaje con un aparato en sus manos que se encontraba totalmente inoperativo, muerto.
Y en la facultad o en los colegios hubo profesores que se asombraron por haber logrado centrar la atención de todos sus alumnos por primera vez en años.
Oficialmente, RIM informó esta tarde que el parate afectó a más de 70 millones de aparatos en todo el mundo y no discriminó entre los humildes portadores de una BlackBerry Curve y aquellos que lucen orgullosos sus potentes modelos Torch y Bold 9900.
Lo que para algunos fue incomunicación y malestar por no poder llevar a cabo sus tareas diarias, para otros fue motivo de cargadas. “Viste, vos te gastaste dos lucas en ese aparatito y mi Nokia 1100 de hace 6 años sigue funcionando bárbaro”, se escuchó esta tarde, por ejemplo, en la redacción de Infobae.com.
Nomofobia, la adicción al celular
El avance de la tecnología en los últimos años trajo muchas ventajas y desventajas a nuestra vida cotidiana. Hace algunos años, muy pocas eran las personas que tenían celular, internet en casa o consola de videojuegos.
"Los tiempos de respuesta de antes eran más largos y se los respetaba. Se tenía más paciencia y se esperaba más tiempo la devolución de un llamado, un mensaje o la contestación de un mail", analizó la licenciada Cecilia Lotero (MN 37589), integrante del equipo profesional del Instituto de Psicología Argentino (Inepa).
Es que en los últimos años, esos tiempos se fueron acotando hasta llegar al punto actual, en el que lo que predomina es "la cultura del ya, del ahora, en que todo tiene que estar preparado para ayer". "Esto, junto con la introducción de nuevas tecnologías, hizo que naturalicemos el uso del celular (entre otras cosas) y hoy en día sea raro o inusual que las personas no lo posean".
"Eso permite tener una respuesta al instante, comunicarnos en cualquier momento y en cualquier lugar, y poder de esta manera adecuarnos, sentirnos parte, estar actualizados y no quedarnos atrás", remarcó.

Así es que junto a las nuevas tecnologías llegaron nuevos "males" propios de esta época. Es el ejemplo de la nomofobia, que es ni más ni menos que "el miedo irracional a no llevar el celular consigo. Son personas que necesitan sentirse seguras y comunicadas con el mundo circundante. La ansiedad que provoca el olvido del celular puede equipararse con otras situaciones estresantes como mudarse, casarse, separarse o mudarse de casa".
En este contexto, resulta entendible que ante una falla en el sistema de BlackBerry genere desconcierto la sola idea de no poder comunicarse.
Créase o no, un estudio realizado hace dos semanas en España reveló que el 53% de los usuarios de teléfonos móviles sufre ansiedad, inestabilidad y dificultad para concentrarse cuando se despega del aparatito. Los portadores de smartphones son los más afectados.
"Estas personas sienten y piensan que deben estar comunicados siempre. Suelen tener el último modelo de celular, constantemente miran y chequean sus mensajes, llamadas y mails. Y si no lo pueden hacer, no logran concentrarse, contestan en forma agresiva, les cuesta disfrutar del momento y se ponen ansiosos".
Fuente: Infobae.com

octubre 11, 2011

Certificado médico vs Certificación Médica. Por Federico Viale para dtym.com.ar

En un reciente fallo de la Cámara Nacional del Trabajo, Sala I, se resuelve la discrepancia que puede suscitarse entre la jerarquía atribuida a un certificado médico acompañado por el trabajador y las constancias de similar características emanadas del médico enviado por el empleador, cuyas prescripciones resultan contradictorias entre sí.
En el caso, el planteo resulta de la contradicción entre el certificado médico que acompaña un trabajador respecto de la continuidad de la situación de reposo y el diagnóstico efectuado por el médico del empleador, que no sólo entiende que el dependiente se encuentra en condiciones de reingresar a sus tareas, retomándolas normalmente, sino que funda su posición en estudios complementarios realizados, que exceden las referencias manifestadas por el paciente que consigna el trabajador en su certificado.
En la discrepancia profesional, y afirmado en el diagnóstico de su médico, el empleador entiende que el trabajador ha abandonado su trabajo, y resuelve disolver el vínculo laboral con justa causa.
El Tribunal entiende que el empleador debe agotar todas las medidas para mantener la continuidad del vínculo, actuando de modo tal que dejara claro que su conducta no estaba dirigida a eludir el cumplimiento de la obligación de pagar el salario por enfermedad hasta la obtención del alta.
Con rigor en la realidad, corresponde hacer algunas consideraciones, que no siendo desconocidas por el tribunal a quo ni el confirmante, resulta políticamente incorrecto ampararlas judicialmente:
1)  El modo en el que se otorgan las certificaciones médicas que acompañan los trabajadores.
Resulta bastante habitual que las certificaciones médicas resulten amplias, imprecisas, y con referencias a dichos y versiones del obrero del tipo “el paciente refiere…”. Las patologías más comunes resultan ser psicológicas, de dificultoso diagnóstico con tan sólo una consulta. La carencia de estudios previos o fundantes del diagnóstico médico de reposo, descanso, ausencia justificada, etc.
Con todo, cabe la pregunta ¿Qué esta certificando el médico del obrero? Lo que éste refiere o lo que realmente padece. En el segundo caso, ¿cómo certifica el padecimiento?
2)       La facultad que posee el empleador de verificar y someter a su propio juicio, el certificado acompañado, por un médico propio.
Dentro de las facultades de control reconocidas al empleador en el art. 210 de la LCT, se encuentra expresa la de obligar al trabajador a someterse al control por un facultativo designado por el empleador. Esta facultad/obligación tiene dos motivos fundamentales:
a.                 Permitir que empleador pueda conocer cabalmente la dolencia y el grado de afección que padece su trabajador, de manera de poner en marcha los mecanismos previstos para el supuesto de enfermedad.
b.                A través del anterior, poder reorganizar su estructura de trabajo, teniendo en cuenta factores de reemplazo, ausencia, reubicación de otros trabajadores, etc. En este punto, resulta fundamental la exigencia de buena fe y diligencia en el obrero, suponer lo contrario, que el trabajador omita realizar el control, o que del control surja que no posee padecimiento alguno, nos encontraríamos frente a una evidente causa de despido, pues su ausencia injustificada, perjudica los intereses del empleador, a la vez que éste perderá confianza en el trabajador que miente.
3)       El principio de buena fe en ambas partes y la efectiva intención de continuar el vínculo.
4)       El excesivo rigorismo exigido al empleador en nombre del deber de diligencia del empleador.
Los ítems 4 y 5 pueden ser tratados conjuntamente, pues no es posible desconocer que la LCT reconoce pocos derechos en cabeza del empleador, a pesar de ser parte necesaria del vínculo laboral, objeto de estudio de la ley de contrato de trabajo, y demasiadas cargas que a  fuerza de jurisprudencia al menos cuestionable, instala la falaz idea de derechos sin paridad, derechos sin obligaciones.
Ya no alcanza con disponer en favor del trabajador la certificación de servicios del art. 80, sino que se lo debe consignar judicialmente, como si no estuviera ya demasiada congestionada la justicia. Tampoco alcanza con acompañarlo en juicio, sólo se lo admite consignándolo.
Tampoco resulta eficaz utilizar la facultad prevista por la norma laboral, art. 210, toda vez que ante la contradicción – aun con ausencia de fundamentos profesionales propios del arte de curar – será considerado válido el certificado del trabajador, creando una presunción en contra del que elaborara el galeno del empleador, por contradecirlo, aunque éste último lo haga con estudios que nunca le han sido practicados al trabajador, que a su vez supongan que éste quiere eludir su principal obligación, a la sazón: trabajar.
Ante el auge de reclamos por enfermedades profesionales, cuya cobertura resulta reclamable a la ART, y siendo éste el nuevo negocio de los oportunistas de siempre, entendemos que el certificado médico debe ser exigido bajo sanción de nulidad e inoponibilidad al empleador, con al menos estudios complementarios y ratificación por parte del médico del empleador. Dando así participación en el proceso de determinación tanto de la enfermedad, como del plazo de reposo y el método de rehabilitación, sin dejar de tener presente la necesidad de conocer fehacientemente sobre la posibilidad más o menos cierto de reingreso del trabajador a la empresa; al médico de control del empleador, de modo tal que su certificación sea incuestionable. Resultando así indubitable que tanto el trabajador como el empleador actúan de buena fe y con la diligencia suficiente.
Entiendo que esta medida podría comenzar a solicitarse judicialmente, de modo que el tribunal participe en la determinación de plazos y garantice el procedimiento.

octubre 10, 2011

Un poco todo me recuerda a ti. Por Federico Viale para dtym.com.ar



Uno de cada dos jóvenes de 29 años en Grecia esta sin ocupación; formal o informal.
El 43% del desempleo griego se da entre los más jóvenes, ranqueados entre los 15 y 29 años.
La tasa promedio real de desocupación griega llega actualmente al 22%.
Estadísticas que colaboran en dimensionar objetivamente qué y dónde está ocurriendo.
Podemos inferir que el sector habitualmente más activo de un país, fundamental para su desarrollo, se encuentra hoy sometido por una crisis global que se creó cuando ellos aún no pertenecían al segmento estadístico dimensionado, y sólo eran jóvenes con proyectos, ideas y esperanzas, que tal vez muchos no veían al extranjero como una alternativa para llevar a cabo su proyecto laboral. Esperaban que el producto de su trabajo era un salario, no otro producto o servicio. Que permanecer en su país no era una utopía, sino un derecho inalienable.
 “Las personas calificadas que Australia necesita” y el “I want you in” del tío Sam.
Como consecuencia de la necesidad humana de eludir la frustración, más aún cuando se origina en conflictos que no explican cómo, cuándo, por qué ni hasta cuándo surgen y durarán; aparecen estas propuestas oportunistas que yo llamo “abducciones de cerebros”.
En ellas países carentes de profesionales o manos de obra en determinados sectores, o con conflictos en su obtención – y bajo que deban prestar servicio bajo determinadas condiciones – proponen contrataciones laborales de dudosa rentabilidad, pero del tipo ganar-ganar: vos te vas de tu país que es un lío, y venís al mío a trabajar por dos pesos con algunas otras ventajas, pero ciertas condiciones que mejor ni te explico.
Desde el 2008 unos 50.000 griegos han migrado a países como Gran Bretaña, Alemania y Australia. Hacia allí partieron ingenieros, médicos, enfermeros, informáticos, todos profesionales altamente capacitados.
Durante 1960, Grecia tuvo una crisis similar cuya consecuencia también fue la migración de una parte importante de su población activa, pero a diferencia de hoy, miles de griegos partían para ocupar empleos de baja calificación.
Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.
Esta crisis sectorizada en los ciudadanos más activos, se ha trasladado lógicamente a otros sectores, que impedidos de migrar por razones familiares, personales o profesionales, o a esta altura podríamos agregar “de mercado” – pues no son requeridos por otros países – deben utilizar el ingenio – recurriendo al copy paste global – para sobrevivir dignamente.
Así surgen espacios de trueque, a través de los cuales una persona aporta un producto o servicio, obtiene una moneda informal para luego ser trocada por otro producto o servicio aportado por otra persona.
Programas de fomento del emprendedorismo y desarrollo local, con asignación presupuestaria nula o ridícula.
Flexibilización de las condiciones laborales de los que aún poseen un trabajo.
Disminución de la influencia del factor sindical.
Ahora bien, durante el siglo XXI, pues también ocurrió en otros siglos, nuestra nación – y hago especial énfasis en la abstracción sociológica del concepto – debió utilizar herramientas similares, adecuarlas, y reutilizarlas para lograr salir adelante.
Clubes de trueque, monedas informales – patacones, bocones, etc. – agencias de desarrollo sin créditos, migración de mano de obra a países consumidores pero no legalizadores de esta migración, proyecciones desastrosas de un por-venir que mutaba a “para que venir”.
Lo que viene en la Europa poscrisis.
Todavía les falta importar instituciones tales como asambleas barriales, organizaciones para-estatales con competencias administrativas, clasificados laborales flacos como modelos de Piazza Spagna, oportunismo de explotadores y usureros prestamistas sin escrúpulos.
Mientras tanto, Grecia le compra a Francia 400 tanques.
Esto, al menos, no es culpa nuestra.

agosto 31, 2011

Algunos hábitos que pueden mejorar tu actitud emprendedora. Por Arturo Auregón para dtym.com.ar


La mejor manera de aprovechar el día y convertirlo en una jornada más productiva para la administración de tu empresa, es invertir las primeras horas de manera inteligente, con actividades que en otro momento no tendremos tiempo de ejecutar y que nos permiten alcanzar satisfacción y autorrealización.
Aquí te presentamos 4 actividades clave, que si las pones en práctica todas las mañanas, te convertirán en un emprendedor más exitoso.
1. Actívate con ejercicios. Ejercitarse durante las mañanas es una interminable fuente de energía para el resto del día.
Además, las personas que practican algún tipo de actividad física con frecuencia tienen una mejor salud, lo que evita las ausencias de las tareas laborales por enfermedad y previene afecciones ocupacionales.
Por otra parte, el ejercicio otorga un buen aspecto físico que se ha comprobado que facilita las negociaciones.
Algunos estudios incluso indican que los trabajadores más contratados por gran parte de las empresas son aquellos que indican en su curriculum o en sus entrevistas que realizan actividad física.
2. Usa el cerebro y piensa. Dedicar tiempo en las mañanas para pensar y planear el día es la mejor manera de administrar el tiempo de manera óptima.
Antes de salir, se puede hacer una lista de cosas por hacer, estimar el tiempo que cada una tomará y jerarquizarla. Se puede rendir hasta 20% más el tiempo del día con esta práctica.
De igual manera, el pensar la jornada por las mañanas incentiva la creatividad. Hay miles de opciones para hacer valer el día, y todas ellas pueden venir a la mente en pocos minutos durante las primeras horas del día.
3. Se creativo. Dedicar un tiempo en las mañanas para realizar una actividad creativa estimula el cerebro y produce más y mejores pensamientos.
La creatividad ejercitada en prácticas como escritura, pintura u otro pasatiempo se contagian también al área laboral, haciéndonos más exitosos en las actividades del día a día.
4. Comparte. La autorrealización no termina en el trabajo o en un pasatiempo practicado a diario. Pasar tiempo con la familia es importante para la estabilidad emocional, que influye enormemente en el buen desempeño laboral.
Luego de un día ajetreado, el cansancio de la noche dificulta compartir tiempo de calidad con los niños y la familia.
Por ello, la mañana es ideal para dedicar tiempo a los pequeños. Desayunar juntos, conversar, leer y jugar son algunas de las cosas que se pueden realizar en el poco pero sustancioso tiempo matutino. ¿No es éste el mejor momento para comenzar?

agosto 27, 2011

Cuando dejar ese trabajo comienza a ser una opción de vida. Por Federico Viale para dtym.com.ar


Muchos de nosotros resultamos afortunados por trabajar en aquella actividad que nos gusta, nos permite completar una fantasía juvenil o que simplemente nos realiza como profesionales.
Mientras tanto, el 90% de los desafortunados debemos desarrollar tareas laborales que distan de resultar lo placentera que hubiéramos querido que sea nuestras actividades laborales.
Se presenta aquí el remanido (pero no por ello resuelto) dilema: ¿trabajar para vivir o vivir para trabajar?
Claramente existirá un universo de trabajadores que nunca podrá ejercer esta opción, y por ello el dilema estará negativamente resuelto, pero para aquellos que el dilema se les presenta día a día, la necesidad de hallar una solución, aunque mas no sea parcial, es imperiosa.
El dilema aumenta, o mejor dicho la posibilidad de resolverlo disminuye, cuando la decisión implica dejar un trabajo en relación de dependencia para iniciar (o continuar con mayor dedicación) una actividad autónoma. Pero a veces de sòlo considerar la posibilidad de dejar nuestros trabajos, de modificar nuestras expectativas de consumo y de reinventar nuestras vidas alcanza para paralizarnos.
Lo cierto es que en la mayoría de las veces, el pánico al cambio resulta ser el mayor condicionante.
En este contexto, nos dan algunos elementos para tomar en consideración por si cambiar la vida laboral y personal puede ser un camino a tomar
Tener confianza en la cabeza o el corazón.
No volverse loco pensando ‘qué hubiera pasado si…’
La apuesta más segura no siempre resulta serlo.
¿A quién escuchas? ¿Cuál es su compromiso con tu nuevo proyecto?
Algunas veces debes decir: ¡adelante! (el famoso: ¡Ma´sí!)