enero 31, 2011

La economía no es sexista.



El siete por ciento de las 4 mil 500 empresas agrupadas en la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (Ammje) quebró por la crisis económica en el país, por lo que entre 2008 y 2009 más de 300 trabajadoras perdieron su empleo.
Los empleos perdidos no se han recuperado por completo y el sector industrial es el más afectado por la situación económica, señaló en entrevista Alia Lorena Ibarra Ávalos, quien hoy tomó protesta como presidenta de Ammje para el periodo 2011-2013.
"lo de los burritos ya estaba saturado.
...¡Y ahora quien podrá rescatarnos!"
Ibarra Ávalos refirió que durante el momento más crítico de la crisis económica en el país cerraron alrededor de 315 empresas (micro, pequeñas y medianas), que al menos tenían una persona empleada. Esta situación es grave, ya que en promedio una fuente de trabajo significa un apoyo para seis personas, subrayó.
El sector más afectado fue el industrial, pero también resultaron perjudicados los ramos de comercio y servicios, éstos son los sectores en los que operan las 4 mil 500 socias de Ammje, ubicadas en 24 estados de la República, detalló la presidenta de la organización.
A pesar de que los empleos perdidos no se han recuperado por completo, Ibarra Ávalos aseguró que pese a la inestabilidad que enfrenta el país por la crisis económica y la inseguridad, las empresarias son un gremio que ha logrado sostenerse.
Por ello se comprometió a continuar con la creación de empleos y a sumar más socias a Ammje mediante un proyecto de solidaridad empresarial, que consiste en la capacitación de otras mujeres para que puedan consolidarse como empresarias, entre ellas las artesanas y habitantes de zonas rurales.
En el país, de cada cinco negocios tres son encabezados por mujeres, lo cual significa que las mexicanas son el sustento de más de 15 millones de familias en el país.
La creación de fuentes de trabajo no sólo pretende mejorar la economía de las familias de las empresarias sino incidir en el desarrollo del país que ha sido frenado por “la incertidumbre económica y de seguridad”.
 En este escenario, la participación económica de las mujeres siguió en aumento y para 2009 se situó en 42 por ciento y su inserción en el mercado laboral creció 25 por ciento en los últimos 40 años, abundó.
 La importancia de la participación económica de las mexicanas debe ser tomada en cuenta por las autoridades, para terminar con la burocracia al momento de “bajar recursos” destinados al apoyo de las empresas de mujeres, señaló Alia Lorena Ibarra.
 Además de agilizar los trámites para tener acceso a los programas, se debe realizar un “análisis exhaustivo” para que sin importar el tamaño de la empresa todas paguen impuestos, de este modo, aseguró “tendremos mejores resultados”.
 En este sentido, la también propietaria del Instituto Universitario Anglo Español, en Durango, llamó al gobierno federal y a los estatales a trabajar de manera conjunta para crear más empleos, pues éste es el modo de “salir adelante”.
Fuente: Guadalupe Cruz Jaimes para CIMAC.

enero 23, 2011

Sugerencia si tiene pensado insultar a su jefe en los proximos días.

Sugerencia si tiene pensado insultar a su jefe en los próximos días.
Comentario previo: Visualicemos el siguiente escenario; pleno enero todos de vacaciones boyando sin rumbo ni horarios, y uno trabajando a destajo, con la gota en la frente como un accesorio mas a extirpar, un salario bajo, un jefe indolente y un mercado laboral estático. 
Alguna puteada se tiene que escapar!. Pues a este hombre se le escapó y con ella su trabajo. Esto también pasa en el primer mundo.
"Que te den por el culo sucio hijo de puta! (obviamente lo rajaron)"

MADRID. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de La Rioja considera justificado el despido disciplinario de un conductor de autobuses que, en el libro de rutas, escribió expresiones como puta empresa explotadora. Para el órgano judicial, dicho calificativo atenta a la honorabilidad de la compañía. No fueron éstas las únicas expresiones utilizadas por el empleado de Autocares Martínez S.L. También dejó por escrito otros improperios: Esto está lleno de hijos de puta, la oficinista la mayor y Matilde, ídem, así como chupa culos, quehasko o qué cerdada, refiriéndose al servicio que le tocaba hacer ese día.
La severidad con la que, en esta ocasión, castiga la Justicia al trabajador contrasta, sin embargo, con otras decisiones judiciales en las que no se considera motivo para despedir el que un empleado llame a su superior ladrón e hijo de puta, debido al clima de tensión existente en la empresa por su situación económica.
Aún más perplejidad causan otras resoluciones como la dictada por el Tribunal Superior de Andalucía (TSJA) en la que la agresión física de un trabajador a su jefe no merece la máxima sanción laboral ya que, según el criterio de los magistrados, no reviste la gravedad exigible.
La diferencia más notable que se observa entre una y otras resoluciones es que, en esta ocasión, el trabajador arremete no sólo contra su superior y sus compañeros, sino también contra la empresa para la que presta sus servicios.
Además, el tribunal tampoco encuentra circunstancias que puedan atenuar la conducta del trabajador, tales como el estado de nervios en el que se puede encontrar al saber que va a ser despedido o la inseguridad que provoca en los empleados el que la empresa se encuentre en una situación económica grave.
Exceso de trabajo
En este punto, la Sala le reprocha al trabajador que no alegara y acreditara en su momento que, cuando las expresiones fueron escritas, tenía exceso de trabajo y que estaba molesto por los cambios de servicio.
Estas circunstancias no han podido ser examinadas por la Sala del TSJ al haberse planteado de forma extemporánea en el escrito de formalización de recurso. Ello ha impedido, según explica el tribunal, examinar todos los aspectos concurrentes que pudieran determinar si el acto reprobable del trabajador tenía justificación o no.
El trabajador alegó que las expresiones que utilizó ni atentan a la dignidad y la honorabilidad, ni convierten en imposible la convivencia entre ofensor y ofendido, máxime teniéndose en cuenta que no fueron dirigidas contra nadie en particular, a excepción de la última. Asimismo, defendía que los calificativos empleados eran expresiones coloquiales existentes en la actividad que desempeñaba.
Frente a esta tesis, el órgano judicial afirma que los calificativos empleados por el conductor son expresiones descalificatorias insultantes, injuriosas o vejatorias, que atentan a la honorabilidad la empresa, sus trabajadores y sus dirigentes.
Por otra parte, el trabajador sólo reconoció ser autor de la frase qué cerdada. Ante el carácter anónimo de los escritos, la empresa encargó una pericial caligráfica que apunta, de forma fehaciente, al conductor sancionado.
El trabajador, sin embargo, estima que, como el estudio caligráfico no se realizó a todo el personal, no hay prueba concluyente de que fuera él el autor de los insultos. Por este motivo, insiste en que debería prevalecer el principo de presunción de inocencia.
Por el contrario, la Sala entiende que no era necesario hacer el estudio a toda la plantilla, ya que el perito realizó el análisis tomando como documento indubitado el papel en el que escribió qué cerdada, cuyo autoría reconoció el propio conductor en una asamblea. El tribunal avala la fórmula de la compañía para atribuir al empleado la autoría del anónimo
Fuente: (fallo completo) LA LEY TSJ La Rioja, Sala de lo Social, S de 13 Sep. 2010