agosto 17, 2012

De esto, no se habla. Por Federico Viale


Según un reciente un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina, perteneciente a la Pontificia Universidad Católica Argentina, el 33,1% de la población urbana menor de 18 años vive en hogares pobres.
El 37% de los menores de 18 años del conourbano bonaerense, que a su vez representa demográficamente mas del 23% de la población nacional; y el 53% de los menores de 18 años del Tucumán son los mas afectados por este fenómeno de típica perversidad social exclusiva. Aunque también fueron objeto de crecimiento ciudades como Ciudad de Buenos Aires y Rosario entre hogares ubicados en villas y asentamientos.
Las ofertas de consumos “para todos y todas” generó un aumento de trabajos precarios en sectores del comercio y el servicio. Ese incentivo, también derramado sobre otras áreas no promocionadas oficialmente, pero de control permisivo, conjuntamente a la incertidumbre en cuanto a la duración de la ola consumista, replicó en la informalidad de las relaciones laborales, al punto de promover el trabajo familiar, involucrando a niños y adolescentes, principalmente de hogares pobres, en la actividad laboral que da sustentabilidad.
Si bien la Asignación por Hijo redujo notoriamente la participación de los niños y adolescentes en el trabajo prohibido, muchas veces ésta es tomada como un ingreso mas, a la par del que se obtenga por la actividad informal que desarrollan los niños.
Las actividades comprendidas implican desde la colaboración a un familiar u otra persona en el trabajo de ésta última; trabajos en la calle, por ejemplo los conocidos limpiavidrios, trapitos, repartidores, cartoneros o basureros; como también aquellos que inician un oficio siendo aprendices.
Sabido es que el trabajo en actividades económicas, incluso de colaboración, aleja a los niños y adolescentes de la escuela. Mientras que para su acercamiento, el gobierno acertadamente optó por distribuir Asignaciones que luego olvidó controlar. Según el informe, la tendencia es creciente: “En 2007, el 34% de los chicos/as que trabajan no asistían a la escuela. En 2011 fue del 40%”.
Por Federico Viale para DTYM.com.ar