mayo 03, 2011

La Seguridad Social y la Cigarra. Por Arturo Auregón para dtym.com.ar

"Sacaba la hormiga al sol, en invierno, todo el trigo que había recogido durante el verano. Una cigarra hambrienta que vió sus provisiones, se acercó y le pidió que le diese un poco de aquel trigo; a lo cual respondió la hormiga:
-Amiga mía, ¿qué hiciste tú en el estío mientras yo trabajaba?
-Andaba cantando por los sotos, contestó la cigarra, por lo que no me quedó tiempo para recoger provisiones.
-Pues si cantabas en el verano, repuso la diligente hormiga, danza ahora en el invierno.
Y recogiendo otra vez el trigo en su agujero, se rió de la holgazanería e imprevisión de la cigarra"
Moraleja: Debemos trabajar a tiempo para que no nos falte con que vivir en adelante. El holgazán y descuidado, siempre se halla necesitado y menesteroso.

Así descubría Esopo, allá por el 570 antes de Cristo, el actual sistema de seguridad social argentino.
En esta fábula podemos encontrar al beneficiario de plan social, al metódico “aportador” y al beneficiado con la jubilación anticipada. Todos imprevisores natos, algunos holgazanes y muchos menesterosos de asistencia. Pero a diferencia de nuestro sistema de seguridad social, en la fábula de la cigarra y la hormiga, Esopo elude toda referencia a la solidaridad, como sabemos base axiológica del sistema, por lo que resulta evidente que el egoismo de la hormiga, terminó con la vida de la prodiga cigarra.
Habitualmente se define a la Seguridad Social como la rama del derecho que se ocupa del hombre en general, frente a la posible ocurrencia de contingencias sociales, que comprometen todo o parte de su ingreso, y generen habitualmente cargas económicas suplementarias. A su vez, esas contingencias sociales consisten en todo evento futuro e incierto, que suele comprometer la capacidad de ganancia del sujeto y provoca cargas económicas suplementarias.
En este orden, la cigarra con su actitud indolente y melódica durante la época de “aportes” decidió comprometer la propiedad de la hormiga, que metódica y sacrificada, recolectaba previendo la existencia de alguna contingencia futura y cierta como lo era el invierno.
A diferencia de ello, para la cigarra, el invierno, la época de escasez era algo imprevisible, o por el contrario, era una contingencia que deberá soportar la sociedad, dado que lo que ella sabía hacer sólo era cantar.
En la actualidad, la hormiga muy probablemente tendría una jubilación ajustable por el 82% móvil, pero que en realidad iría en baja por la propia inflación que se encargaría de reducir ese porcentaje en al menos la mitad. Se estaría preguntando seriamente si para su reencarnación sería conveniente volver a asumir el rol de metódica recolectora, o tal vez sea mas interesante dejar su futuro librado al incierto devenir social, como la cigarra que al final de la fábula argentinizada - entrega de colchones, planes sin control, cajas navideñas, chapas, etc. - fue asistida sin haber efectuado mérito alguno, y todo por la famosa solidaridad. 
Esopo, eludió la solidaridad, pues en Roma la asistencia era cuestión de Estado. Le preocupaba mas rescatar para la posteridad la dignidad del trabajo.
Por Arturo Auregón para dtym.com.ar


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