mayo 01, 2011

Festejando o Rememorando el 1° de Mayo. Por Arturo Auregón para dtym.com.ar

Existen principalmente tres días en el año, en los cuales los hombres – y las mujeres – rememoran su rol de trabajadores: el 8° de Marzo, el 1° de Mayo y el 5 de Septiembre. En los dos primeros confluyen la tragedia, el reclamo, la lucha sectorizada, el enfrentamiento y la reivindicación. Mientras tanto en el tercero, la especulación, la oportunidad y la “banca oficial”. Liderada por la Nueva Orden de los Caballeros del Trabajo, la organización que representaba a una gran parte de los trabajadores norteamericanos y canadienses, surge como alternativa debilitadora al combativo social-anarquismo sindicalista. Éstos últimos, proponían un sistema de reivindicación con la huelga como medio “light” de negociación; mientras la Nueva Orden aparecía mas dialoguista y cercana a los sectores de poder del empresariado y el gobierno.
Una superficial interpretación nos permite vincular al sector trabajador, según lo visto, a la reivindicación del desamparado, o al poder económico y político. En definitiva las dos grades posiciones que han polarizado al mundo desde la aparición del capitalismo.
El 1° de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron una huelga en Chicago por la jornada de ocho horas que siguieron con movilizaciones los días 2 y 3 de mayo que fueron reprimidas con enorme violencia por parte de la policía.
La prensa norteamericana del 29 de abril de ese año caldeó el ambiente con frases que me recuerdan tiempos no tan lejanos. Se podía leer en los medios: «Además de las ocho horas, los trabajadores van a exigir todo lo que puedan sugerir los más locos anarco-socialistas».
El New York Times decía: «Las huelgas para obligar al cumplimiento de las ocho horas pueden hacer mucho para paralizar nuestra industria, disminuir el comercio y frenar la renaciente prosperidad de nuestra nación, pero no lograrán su objetivo».
El Filadelfia Telegram decía: «El elemento laboral ha sido picado por una especie de tarántula universal y se ha vuelto loco de remate: piensa precisamente en estos momentos en iniciar una huelga por el logro del sistema de ocho horas».
El Indianápolis Journal decía: «Los desfiles callejeros, las banderas rojas, las fogosas arengas de truhanes y demagogos que viven de los impuestos de hombres honestos pero engañados, las huelgas y amenazas de violencia, señalan la iniciación del movimiento»
A final de Mayo de ese año, se establece la jornada reducida de 8 horas, hoy jornada legal, consecuencia del éxito obtenido en la lucha de trabajadores principalmente anarquistas, que dejando su vida en muchos casos, eligieron la dignidad del trabajador como bandera. Los resultados fueron inmediatos, y así se publicó por la Federación de Gremios y Uniones Organizadas: «Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical».
Hoy, a 125 años, en nuestro país, en el 1° de Mayo se miden fuerzas políticas con la vara de la popularidad.
La presidente pregona en carta a los trabajadores: En un país en el que muchos presidentes preferirían ser reconocidos desde los grandes centros del poder, para nosotros es un honor ser reconocidos por los trabajadores argentinos”. Y yo agrego, en un país con dos centrales de concentración de trabajadores (CTA vs CGT), genéticamente confrontadas, incluso jurídicamente desconocidas por la administración central; con un sector empresario poco habituado a la idea de distribución de ingresos, y demasiado a la de traslación de costos, que desconoce el concepto de riesgo; evidentemente la idea de poder, de “centro de poder” se traslada al sector en donde la presidente sí quiere ser reconocida: los trabajadores.
Hoy, salvo Página/12 que titula “Fiesta de los trabajadores”, (Moyano) “defenderá la dignidad instalada en este país desde 2003”, el resto de los diarios considera que el líder sindical Hugo Moyano, pretende hacer una “demostración de fuerza” para pelear espacios en las listas de candidatos del kirchnerismo.
Hoy los representantes de los trabajadores buscan ser representantes de los argentinos utilizando a los primeros como universo electoralmente valorable.
Hoy se busca reemplazar el “voto cuota” por el “voto aumento”.
Hoy el interés colectivo del trabajador pareciera ser aumento salarial.
Entonces pienso: si las útlimas reivindicaciones obtenidas fueron aumentos salariales… ¿y si reemplazamos a los dirigentes gremiales (al menos los actuales) por fórmulas matemáticas autoajustables?
Por Arturo Auregón para dtym.com.ar

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