mayo 10, 2012

La Pepsi norteamericana ha decidido tomar cartas en el asunto de la salud de sus trabajadores; y para ello se ha exorbitado en sus atribuciones, multando con una suma que ronda los u$s 50,00 a todo trabajador fumador que no se someta a un tratamiento completo - la duración es de 3 a 6 semanas y esta a cargo de la compañía aseguradora - para concientizar sobre el abuso del tabaco. 
Por su parte, los trabajadores que se han visto multados, elevaron un petitorio ante el Consejo de Relaciones Sindicales solicitando intercedan a fin de eliminar este castigo pecuniario.
Esta situación, que sólo podría plantearse en norte américa, podría significar una actitud discriminatoria y en nuestros tribunales - si es que superara las instancias sindicales de "convencimiento" previo - no tendría mas resultado que la nulidad de las multas impuestas, con mas la configuración de injuria como causal de despido indirecto. 
Mientras tanto; en los Estados Unidos el cuestionamiento se hace desde otro aspecto: el impacto de la salud en el costo laboral. 
Indistintamente de cuál resulte ser el mas adecuado, serio o conveniente; ambos deben ser considerados al momento de proteger las salud de los trabajadores. Pues en un alcance extensivo - y por ello menciono lo exorbitante como particularidad de la medida - la empresa en el reconocimiento del trabajador como ser humano y el tabaquismo como una enfermedad, propone la articulación compulsiva de medios de desaliento en la utilización de sustancias que perjudican la salud y la sanidad (dimensión personal y social) del trabajo.


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