abril 18, 2011

Moyano Presidente. de la serie "Maldita Sindicalización" Por Arturo Auregón para dtym.com.ar

Ningún profesional de la salud aconsejaría a nadie comenzar la mañana leyendo el diario, y mucho menos en medio de la puja electoral que se está dando en Argentina.
Pero insisto que la tendencia a utilizar la información para ir matándonos de a poco, se hace cada vez mas imparable.
Por ello, lunes 8:15, iniciada la computadora con mi Windows original, preparado el café y sentado con la agenda abierta como recordatorio de que algunas cosas tengo que hacer, arranco mi tour de 20 minutos de tapas.
Me detiene un titular asombroso que ya había escuchado por radio, pero sinceramente pensé que era un chiste. “Héctor Recalde: "Hugo Moyano está capacitado para ser presidente"” (Diario Perfil. 17.04.11 a las 14:34 horas)
Los mecanismos de defensa cívicos que ya incorporados a mi biología, han desarrollado una especie de evolución darwiniana que detecta cada vez con mayor sutileza los riesgos republicanos; se alzó en alerta. Me sugirió leer la nota para confirmar el tenor de la aseveración, pues insisto seguía pensando que era un chiste.
Aquí algunos fragmentos: “los dirigentes sindicales no son kelpers y esa discriminación de que no pueden ocupar cargos en el Poder Ejecutivo no honra a quienes lo plantean”…  "sería un honor que Cristina me pida que la acompañe", en una eventual fórmula, y enfatizó que "sería el mismo honor que si me llamase para ir a pintar paredes de los colegios con los chicos de La Cámpora o la Juventud Sindical"… “No importa dónde lo importante es serle útil a Cristina.”…
Como abogado laboralista, Recalde no deja las mañas que llevan a que muchos de sus colegas continúen sosteniendo la fábrica judicial, esta vez con un crédito otorgado por la “discriminación” que como todo lo que aprehendemos en este país, no nos tomamos ni el tiempo ni el trabajo de al menos definirlo para luego mejor utilizarlo. Pero la cuestión es que un trabajador que ha reclamado por despido discriminatorio en lugar de recibir la indemnización agravada por tal motivo, siempre que lo acredite, puede también ser reinstalado en su puesto de trabajo. Este eufemismo – reinstalar –  como tantos otros que esconden una clara ilegalidad, no es ni más ni menos que trasladar principios propios del derecho público (empleo público) al privado. La estabilidad del empleado público al trabajador privado.
Con la misma lógica reduccionista, un sindicalista como Moyano, sospechado hasta del tsunami en Japón (y digo sospechado por una cuestión obvia de principio de inocencia) resulta discriminado al ser socialmente rechazada su supuesta candidatura presidencial. Y aquí comienza el análisis de las desafortunadas ideas que expresa el abogado de Moyano.
Los sindicalistas no son kelpers, ni viceversa. No creo que ningún kelper quiera ser sindicalista.
La discriminación recaldiana tiene un sentido: el sindicalismo en el poder público pierde sentido. Es una cuestión de naturaleza institucional, no de naturaleza política. Que un sindicalista sea – candidato – vicepresidente, que implica dominar el congreso, es tanto o mas rechazable que sea empresario. Pues no olvidemos que el rol del gremialista, del sindicalista en su esencia es la defensa de los intereses del colectivo laboral. Muchas veces arriesgado por el sector público como por el sector privado. Por lo tanto, su rol intermedio, le impide ética y genéticamente formar parte de aquellas alternativas. Pero claro, aquí cualquier es cualquier cosa, total recordemos las palabras que con la nada de sentido común la gremialista jujeña gritó cuando la descubrieron en el Conrad de Punta del Este veraneando: “¿Qué, una coya no puede venir a Punta del Este?” Su defensa fue ser coya, en lugar de explicar que hacía en un lugar tipificado por la oligarquía empresaria. Su defensa se orientó hacia el distinto: por ser distinta no puedo estar acá?. No, claro que no, porque si está donde no pertenece, naturalmente es distinto. Y ser distinto no es malo ni bueno, es eso, ser distinto.
Continúa adulando Reclade: “sería el mismo honor que si me llamase para ir a pintar paredes de los colegios con los chicos de La Cámpora o la Juventud Sindical” Digo ¿es lo mismo pintar que co-gobernar? ¿Es lo mismo la actividad adoctrinante del militante, que la ecuánime y madura del gobernante?
Por ultimo, y esto es lo mas gracioso: “No importa dónde lo importante es serle útil a Cristina”. Veamos. Si hubiera dicho… “lo importante es servir al país, al trabajador, al argentino, a la gente (como a ellos les gusta llamarnos)” hubiera sido una confusión, pues en el fondo uno pretendería ver que lo que en realidad existe es vocación de servicio no de obediencia.
Esta confusión como vengo sosteniendo, tiene que ver con la mala interpretación que el sindicalismo hace de las instituciones, y entre ellas lease: huelgas, protestas, elecciones, militancias, partidos políticos, intereses colectivos, obras sociales, presidente, país.
¡No es lo mismo serle útil a una persona que servir a un país! Aunque Ud. opine lo contrario.
Para continuar en otra oportunidad con esta saga de “maldito sindicalismo”, estoy buscando el curriculum de Moyano para poder entender cual es la base objetiva sobre la cual Recalde cree que el destino del país, puede estar en manos de Hugo. De allí veremos el método de valoración que de la figura de un presidente se tiene desde el sector sindical.

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