Dentro de 20 años la población en edad de trabajar
 aumentará en 1.000 millones de personas, especialmente, en países en 
desarrollo. Este escenario plantea desafíos a las empresas e 
instituciones que deberán crear puestos de trabajo, necesitarán mano de 
obra cualificada y no cualificada, y poner en marcha nuevas políticas 
laborales.
Los mercados en desarrollo deberán enfrentarse a un periodo de rápida
 industrialización y a la construcción de infraestructuras que requieren
 trabajadores cualificados y experimentados en los mercados en 
crecimiento. Mientras, los países desarrollados tendrán que encontrar 
fórmulas para mantener su ventaja competitiva e invertir en la formación
 y capacitación de nuevos profesionales. Éstas son dos de las 
principales conclusiones del informe sobre la creación de empleo en una 
economía global que ha elaborado la consultora Hays con Oxford 
Economics.
Según el estudio dentro de 20 años la fuerza laboral crecerá 
en 1.000 millones de personas, y esto supondrá un gran desafío para 
gobiernos, instituciones y empresas, porque deberán crear nuevos puestos
 de trabajo, formar a nuevos y veteranos profesionales y gestionar tan 
magna cantidad de población activa.
Pero, sobre todo, deberán mantener un equilibrio: los trabajadores no
 aumentarán de igual forma en todos los países. Según Hays, la mayoría 
de la fuerza de trabajo estará en los estados en desarrollo. En cambio, 
los desarrollados verán como envejece y se reduce su población activa.
En concreto, según Christopher Dottie, director de la consultora en España, en nuestro país la población en edad de trabajar crecerá en tres millones y esto tendrá tres consecuencias: Será más difícil incrementar la riqueza porque aumentará el número de personas de más de 65 años; la población activa deberá trabajar más años, y se producirán cambios en los sectores de actividad.
En concreto, según Christopher Dottie, director de la consultora en España, en nuestro país la población en edad de trabajar crecerá en tres millones y esto tendrá tres consecuencias: Será más difícil incrementar la riqueza porque aumentará el número de personas de más de 65 años; la población activa deberá trabajar más años, y se producirán cambios en los sectores de actividad.
Oportunidades
Dottie explica que "las empresas deberán adaptarse para generar puestos y productos de calidad, ofrecer servicios globales y generar competitividad a través del conocimiento y del talento". De acuerdo con el experto, "en España se necesitará emigración e inmigración de talento. Dentro de 20 años, nuestro conocimiento será necesario en otros países, y nosotros tendremos que exportar perfiles de menos cualificación para tareas específicas que necesite la economía".
Dottie explica que "las empresas deberán adaptarse para generar puestos y productos de calidad, ofrecer servicios globales y generar competitividad a través del conocimiento y del talento". De acuerdo con el experto, "en España se necesitará emigración e inmigración de talento. Dentro de 20 años, nuestro conocimiento será necesario en otros países, y nosotros tendremos que exportar perfiles de menos cualificación para tareas específicas que necesite la economía".
Entre los sectores que crearán oportunidades laborales en un 
futuro próximo se encuentran el medio ambiente, la sanidad, el ámbito 
financiero, y las tecnologías. "Esto genera optimismo en los 
países desarrollados porque son líderes en estos sectores que los 
estados en desarrollo, en cambio, no lo son", añade Dottie.
Futuro
En 2030, según Hays, el futuro será para los trabajadores cualificados y poco cualificados. "Los países desarrollados necesitarán mano de obra competitiva, y los que están en vías de desarrollo requerirán los servicios de personal cualificado y con una formación de calidad".
Por eso, para establecer cierto equilibrio entre los distintos 
trabajadores y países, la consultora aborda una serie de 
recomendaciones:
Abrir las fronteras nacionales al movimiento de la mano de obra cualificada:
 Necesidad de que se produzca una transferencia masiva, en ambas 
direcciones, de capacidades y trabajo entre países desarrollados y en 
desarrollo. En concreto, el informe ilustra este caso con el hecho de 
que dentro de 20 años el mundo necesitará ingenieros expertos de Europa,
 a la vez que crecerá la demanda de trabajadores de la salud debido al 
envejecimiento de la población del Viejo Continente.
Acuerdos para facilitar la inmigración: Hays apuesta por la creación de un código que regule los flujos migratorios en el ámbito mundial.
Inversión en educación: Los trabajadores 
semicualificados serán desplazados por puestos de trabajo automatizados.
 Para paliar esta futura situación, los gobiernos tienen que invertir en
 capacitar a los profesionales con habilidades relevantes.
Creación de oportunidades de empleo en el mundo desarrollado:
 El número de personas en edad de trabajar se concentrará en 2020 en 
India, América Latina y África. Dottie considera que "esta inmensa 
fuerza de trabajo representa una gran oportunidad para aquellos que 
puedan acceder a ella, o la insatisfacción y el descontento si se queda 
inactiva".
Retención de las personas mayores en el mundo laboral:
 En los próximos 20 años las economías dependerán, en gran medida, de 
los trabajadores de más de 60 años. El reto se encuentra en mantener las
 habilidades de este colectivo, seguir siendo productivo y crear 
oportunidades de trabajo para estos profesionales.
*Artículo publicado en expansión.com 
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